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miércoles, 9 de julio de 2014

Un cadáver en el armario

 
Un cadáver en el armario

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 3 de julio de 2014

Las abejas están desapareciendo del mundo. Y nadie sabe por qué. De un día para otro, las colmenas amanecen vacías. Los enjambres no vuelven. Y se reduce la producción de miel.
 
Los investigadores no han sido capaces de resolver el misterio. Hay quien culpa a los pesticidas, que desorientan a los enjambres. Y otros señalan a los monocultivos o al calentamiento global.
 
De la polinización de las abejas depende buena parte de la producción mundial de alimentos. No es sólo la miel. Y como el fenómeno afecta sobre todo a los países con una agricultura avanzada cobra fuerza la explicación de que todo se debe al uso de productos fitosanitarios en las cosechas, que no matan directamente a las abejas, pero debilitan su sistema inmunitario. Las neurotoxinas las confunden. Las hacen vulnerables. Y les borran la memoria.

Pienso en las abejas. En los enjambres perdidos. Y veo que no somos tan diferentes. Vivimos en grandes colmenas, después de todo. Cobramos un salario. Nos han dicho que somos libres. Tenemos horarios. Facturas que pagar. Responsabilidades. Nos han dicho que podemos opinar. Que cabemos todos. Que somos un enjambre unido, pero diverso, sin privilegios.

Pero la abeja reina tiene miedo de que la colmena se convierta en hormiguero. Y como no encuentran argumentos para responder a los que disienten, rebuscan los abejorros más fieles en los cajones. Sacan dosieres. Desvían la atención con filtraciones sesgadas. Confunden. Desorientan. Y nos borran la memoria.

No se dejen manipular. Aquellos que huelen a podrido piensan que todo el mundo tiene un cadáver en el armario. Y si no lo encuentran, desentierran uno para esconderlo en el vestuario ajeno. Eso es lo que han hecho estos días con Pablo Iglesias y en general con todos los que se han quejado hasta ahora, desde Ada Colau a los vecinos del Gamonal, cuando el olor más fuerte viene de nuestro propio presidente, reunido con un dictador africano que reprime a la oposición y acapara una fortuna con el petróleo mientras su país se empobrece. Y nadie ha montado ningún escándalo.

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