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viernes, 12 de abril de 2013

Cristales rotos

 
Cristales rotos. Óleo de AGUSTÍN BEJARANO
 
CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves, 11 de abril de 2012
 
José Luis Sampedro hizo suya una frase de Martin Luther King que habla de la cobardía. "Lo peor no son los hombres malos, sino el silencio de los hombres buenos", decía el Premio Nobel de la Paz asesinado hace cuarenta y cinco años en Memphis.
 
La frase del defensor de los derechos civiles de los negros, que sirvió para cimentar la rebeldía pacífica de Sampedro, explica muchas cosas de nosotros. De nuestra historia. De nuestro sistema. De nuestras leyes. De la categoría de quienes nos gobiernan. Y de nuestra categoría como ciudadanos.
 
Ahora que hemos perdido a la cabeza más lúcida de este país -en palabras de Antonio Gamoneda- y el Gobierno no sólo trata de descafeinar la Iniciativa Legislativa Popular contra los desahucios, sino que se defiende de la presión popular prohibiendo los escraches a cierta distancia de las casas de los diputados, conviene recordar lo que pensaba el economista y escritor catalán fallecido el pasado lunes.
 
José Luis Sampedro, por M. Pardo.
 
José Luis Sampedro decía que la Humanidad sólo ha podido avanzar cuando los grandes han cedido a la erosión de los pequeños. Porque los grandes siempre temen a los cambios.
 
A los desahuciados que participan estos días en los escraches. -los más pequeños entre los pequeños porque han perdido la casa después de perder el empleo y el sistema los condena a la marginalidad cuando no acepta la dación en pago- los han comparado con terroristas y con cachorros de terroristas, que usaban la violencia para imponerse al Estado de Derecho, y todavía peor, con los nazis que en 1938, cuando eran cualquier cosa menos pequeños, reventaban las tiendas, las casas y las sinagogas de los judíos en la Noche de los Cristales Rotos.

Alemania, 1938. Escaparate de un negocio judío atacado por los nazis.
 
Y pocas cosas hay más violentas que un desahucio; un policía, un agente judicial y a veces un cerrajero, que con una ley injusta en la mano, echan a una persona de su casa, y si hace falta recurren a la fuerza que les concede el Estado de Derecho; o que un Gobierno democrático que legisla para los grandes y le da la espalda a los ciudadanos cuando se quejan. Eso sí es dejar cristales rotos.
 
Y aquí lo cuento, para poner mi granito de arena en la erosión.




Y ESTA COLUMNA (Primera versión) LEÍDA EN FÓRMULA HIT BIERZO

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