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jueves, 8 de marzo de 2012

Toreros tuertos


Del blog http://www.ladrondetoallas.blogspot.com/

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Jueves 8 de marzo de 2012

Vívimos días de robos de cobre y toreros tuertos. Los ladrones arrancan los raíles viejos de las vías y aprovechan la oscuridad para llevarse cables de metal de las canteras y las minas. Vacían los depósitos de gasoil de las explotaciones de pizarra del Bierzo y La Cabrera. Fuerzan cerraduras para marcharse con motosierras y desbrozadoras de un taller de empleo. Y encuentran casas solitarias y las saquean. En el campo, no valen las alarmas.

En las plazas de toros, en las que todavía se llenan, triunfan matadores con un parche en el ojo, como Juan José Padilla, que recogerá este año un Micrófono de Oro y hace unos días cortaba dos orejas en Olivenza. «Se le vio sosegado, sereno y dispuesto a demostrar que el toreo de sentimiento no le es ajeno», leo en la crónica de un crítico taurino.

Padilla en Olivenza. Foto ATLAS.

Vivimos días de elecciones universitarias. Los candidatos a rector nos torean y sólo se acuerdan del campus del Bierzo porque necesitan un puñado de votos. Y el campus languidece. Ha desaparecido la figura del vicerrector, las titulaciones nuevas no llegan, la construcción de una residencia de la que tanto se habló se antoja una entelequia, las matriculaciones no despegan, los alumnos se van, y ni siquiera los políticos de la tierra le hacen un hueco en sus agendas.

Vivimos malos tiempos para la prensa. En Madrid, cierra un periódico y el desempleo y la precariedad en una profesión tan necesaria empiezan a convertirse en una seria amenaza para la salud de nuestra democracia, aunque sólo los mejor informados lo sepan.

Malos tiempos para la Educación y la Sanidad. Malos tiempos para protestar en la calle, porque da mala imagen. Para pagar una hipoteca. Para ser estudiante. Para ser joven y tener 20 años y pensar en qué demonios trabajaré cuando acabe los estudios. Y peor lo tienen los que han cumplido los 40, se quedan sin empleo y comprueban que las empresas sólo quieren becarios que ganen poco, que protesten poco, que callen todo.

Yo no me atrevo a pedirles a ustedes que tengan la nobleza de los toreros tuertos. No me atrevo a reclamar sosiego y serenidad cuando nos toman el pelo, nos sacan un ojo, y luego nos echan al ruedo a torear con un parche. Y sin rechistar.

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