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martes, 7 de junio de 2011

Vicente Pueyo

Dibujo de Nicolas Vial

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Martes 7 de junio de 2011


La muerte de Vicente Pueyo nos ha cogido a todos con el pie cambiado. Así titulaba Vicente la última aspillera que firmó en este periódico, el pasado jueves. Vicente hablaba del 15-M. Tiraba de las orejas a los políticos que esconden la cabeza después de una derrota, alejados de la realidad, y valoraba el entusiasmo de los twitteros que han cerrado el ordenador para verse las caras en la calle.

Dejo aquí sus palabras porque lo que dicen lo dicen mejor que yo. «Una sensación como de fiesta, de reconciliación ciudadana, como de que no todo está perdido, se palpa estos días paseando por Botines y la calle Ancha. Quizá ha llegado el momento de pensar y moverse, de poner contra las cuerdas esquemas que ya no sirven, de no aceptar todo lo que se nos dice».

Vicente se movía con estas líneas. Se mojaba. Aquí nos decía que no aceptaba los esquemas dominantes. Y citaba a José Luis Sampredo -«milagroso joven  de honestidad y mente clara»- para transmitir un mensaje optisma y escribir que «no sólo es cierto que otro mundo es posible, sino que es seguro que vendrá otro mundo necesariamente mejor».

Vicente ha dejado muchas páginas por escribir en este periódico. Algunas de las que ha firmado no debieran olvidarse. Releo su última columna, sobre los acampados de Botines, donde la democracía, escribía, volvía a cobrar sentido. Y vuelvo a leer también la que nos dejó sobre el fotoperiodista Gervasio Sánchez, -publicada el 27 de enero de este año y recuperada en la edición de ayer- donde afirmaba que todavía hay gente en este oficio que no ha abdicado ni de la honestidad ni de la coherencia y que son un espejo y una esperanza para todos los que nos dedicamos a esto de contarles lo que pasa por el mundo. 
 
Y Vicente pertenece a ese mismo club. El club del polaco Ryszard Kapuscinski, que no se cansó de explicar que los cínicos no sirven para este oficio.  «Para ejercer el periodismo, ante todo hay que ser buena persona», decía el autor de Ébano y Viajes con Herodoto. Y esa frase define a Vicente Pueyo, redactor jefe de este periódico, encargado de sacar adelante esta sección donde les escribo.
Y voy terminando. Tengo que descolgar el teléfono y llamar desde la delegación de Ponferrada a la redacción de León para que alguien me confirme que les ha llegado esta columna de opinión por la red interna del periódico. Y no será Vicente...

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