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miércoles, 16 de marzo de 2011

Pesadillas


Varsovia. Enero de 1945. Cuando los soviéticos se decidieron a cruzar el río
Vístula, los nazis habían destruido prácticamente toda la ciudad.
Foto. M. SWIERCZYNSKI (dominio públíco)


CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Martes 15 de marzo de 2011

El 1 de agosto de 1944, la resistencia polaca se sublevó en Varsovia contra los nazis. El Ejército Rojo se encontraba en los suburbios de la capital, en las orillas del río Vístula, y la Armia Krajowa decidió levantarse en armas para liberar la ciudad antes de que lo hicieran los soviéticos.

Los polacos no tenían apoyo extranjero. Los aliados combatían a miles de kilómetros de allí tras desembarcar en Normandía y apenas les arrojaron algún cargamento de armas desde el aire. Tampoco se podían fiar de los soviéticos, que en 1939 se habían repartido el país con los alemanes, así que decidieron adelantarse y a las cinco de la tarde, cincuenta mil hombres y mujeres mal armados se echaron a la calle para expulsar a los nazis.

 
Miembros de la resistencia polaca, patrullando en Varsovia
el 1 de septiembre de 1944.
Foto. STEFAN BALUCK (dominio público)

No lo consiguieron. Aislados unos de otros, tuvieron que levantar barricadas para resistir el contraataque alemán, mientras el Ejército Rojo detenía su avance y dejaba que la Lutwaffe bombardeara la ciudad. Finalmente, los rebeldes capitularon el 2 de octubre y los nazis aún tuvieron cuatro meses, -antes de que los soviéticos cruzaran el Vístula- para destruir gran parte de la ciudad y cumplir la orden de Hitler de convertir Varsovia en un lago.

Ahora cambien las fechas, los nombres. Pongan 1936, España. Pongan 2011, Bengasi. Hitler y Stalin. Franco y Gadafi. Y comprobarán, una vez más, que la historia es el cuento de la pescadilla que se muerde la cola.

Y también, una paradoja.

De otra forma no se explica que un país que empezaba a vivir el terror de una dictadura cuando nosotros entrábamos en la Transición a la democracia, quiera atarnos ahora los cabos que dejamos sueltos. Hablo, por supuesto, de la actuación de la Justicia argentina contra los crímenes de Franco, apuntalada en la última semana con el caso de un berciano fusilado en Valdueza y enterrado en una fosa que todavía está por exhumar, como tantas.

Sobre un tanque en Bengasi. En fechas recientes.
Foto cedida por MAHER 27777 a dominio púlbico.

Pero los libios lo tienen peor, por mucho que el Tribunal Penal Internacional haya advertido a Gadafi. Los libios que se han levantado en armas contra su dictador han chocado en la última semana con las leyes del periodismo y el tsunami de la información, que les relega a la segunda página ante el horror atómico que se adueña de Japón. Y cambien otra vez las fechas, los nombres. Pongan 1945, Hiroshima. Un avión en lugar de una ola. Y comprobaran que nuestras pesadillas también se repiten.

Hiroshima, 1945. Cómo se parece a Varsovia...
(Del blog http://www.lialdia.com/. Desconozco el autor de la imagen)

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