Buscar este blog

jueves, 23 de diciembre de 2010

El horror


Militares norteamericanos destacados en Kosovo detienen un automóvil en busca de explosivos.
La imagen fue tomada el 28 de julio de 1999 en la localidad de Vitina.
Fotografía de JUDY RYAN, del Ejército de los Estados Unidos. DoD Photo.
http://www.qmmuseum.lee.army.mil/

CUARTO CRECIENTE
Diario de León. Martes 21 de diciembre de 2010

Acabo de leer un cuento de terror. Sucede en un lugar remoto de Europa, en el corazón de una guerra reciente, y los protagonistas son un grupo de combatientes encerrados en una granja, en una fábrica vacía, o en una casa aislada, alejada de los caminos. Ninguno espera nada bueno de su cautiverio. Todos saben que el hombre se vuelve lobo en la guerra y devora a su semejante. Pero llega la noche y les dejan dormir. Amanece y les dan de comer. No ven el sol, pero nadie les tortura. Y así viven encerrados durante semanas, bien alimentados, sin saber nada de su futuro.

Los más optimistas empiezan a pensar que no les han hecho daño porque los van a intercambiar por otros prisioneros. Incluso les visita un médico que se interesa por su salud y les extrae sangre para analizarla. Y es entonces cuando algunos de esos cautivos, tan parecidos a los personajes de una novela de Joseph Conrad, comienzan a temerse lo peor. Cae la noche y les sacan de la granja, de la fábrica vacía, de la vivienda aislada. Atraviesan un país devastado en automóviles sin matrícula y después de viajar entre tinieblas, se detienen ante una casa amarilla. Es un lugar siniestro. Salido de uno esos cuentos macabros donde de verdad, puede pasar cualquier cosa. Y el horror llega enseguida.

Lo que les estoy contando ocurría en 1999 en Kosovo. Prisioneros serbios en manos del UCK, la milicia albana, eran engordados como ganado antes de morir de un disparo en la cabeza. Después, abrían sus cadáveres, les extraían los riñones y los vendían en el extranjero a un comprador compatible. En Kosovo, toda esta inmundicia casi era un secreto a voces. Pero fuera de allí, nos hemos enterado ahora porque un parlamentario europeo, el antiguo juez Dick Marty, acaba de revelarlo en un informe descorazonador, que incluso implica al primer ministro, Hashim Thaçi.



Jerónima Blanco y su hijo Fernando.
La imagen llegó a los periódicos a través de la
Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
memoriasocialistaleonesa.blogspot.com

Y vuelvo la vista atrás, a nuestra guerra. A nuestras fosas. A aquella mujer de Ponferrada, Jerónima Blanco, que estaba embarazada de varios meses cuando murió asesinada el 23 de agosto de 1936, tiroteada por pistoleros de la Falange junto a su hijo de tres años, sólo porque su marido estaba huido en el monte. «¡El horror. El horror!», escribió el enigmático Joseph Conrad en el final de El corazón de las tinieblas. Y ahora entiendo, de verdad, lo que el viejo loco de Kurtz quiso decirle a Marlow antes de morir.


Marlon Brando en Apocalypse Now. Coppola adaptaba al cine El corazón de las tinieblas, de forma muy libre y a la vez muy fiel, y nos mostraba el viaje a los infiernos del coronel Kurtz.

1 comentario:

  1. verdades enredadas en bellas palabras... tú sí que tienes corazón...grande como la luna.

    ResponderEliminar